Madrid, tenías que haber sido mía, pero te tomaron otros. Nunca te sirvieron mis maneras trasnochadas, mi literatura de provincias. Cinco euros por una cerveza en el Café Gijón, Madrid. Y mis bolsillos vacíos. Adiós, Madrid, tus calles me expulsan como a un cuerpo extraño. Me voy con todo lo que intenté darte, pues nunca aceptaste nada de mí. Me voy donde tampoco me quieren, pero donde el desamor es mutuo. Adiós, Madrid, adiós.
2 comentarios:
Que le den, a la Villa y corte. Madrid, para mí, que soy del Sur (tanto o más que Usted), de visita, y sólo se salva por los amigos que contiene.
Es una ciudad monstruo. No se vive allá: se dura.
El fallo está en ir al Café Gijón.
Publicar un comentario