Esta realidad no existe —proclama el profesor von Klinsmann—; es una alucinación colectiva. La realidad es otra y está escondida, pero hay pistas desperdigadas por el mundo. No las puede ver cualquiera, hace falta cierto entrenamiento y, sobre todo, estar atento en todo momento. Por ejemplo, en el escote de esa señorita hay dos pistas para entender la realidad, pero hay que tener la sensibilidad adecuada.
4 comentarios:
Esas pistas le pierden...
Siempre el tacto nos revelara esa oscura y elusiva realidad
eso mismo me dijo el terapeuta el sábado, después de explicarle mi alocado mundo onírico además de algunas otras histoterias.
Cambie de terapeuta, Dama Extrarradio. Si le está mirando el escote, no es de fiar...
(Hay un relatito de Cortázar sobre una conferencia, en la que el conferenciante aborda el tema de Honduras al contemplar a una jamona en primera fila, para hacer el juego de palabras de "intruducirla en Honduras", o algo así. Es ése en el que cuando todo el mundo se va de la sala, la mesa levanta una pata, cosa que, al parecer, es lo que hacen siempre las mesas cuando nadie las ve)...
¿Por qué coño va el párrafo anterior entre paréntesis? Tch.
Publicar un comentario