Voy caminando por la calle y me detengo de vez en cuando, pues tengo la impresión de que alguien me llama. Y no cualquiera, sino una mujer bonita, como tiene que ser. Escucho claramente que pronuncia mi nombre con el deseo propio de estos casos (de las alucinaciones auditivas, se entiende). Así que me detengo, como digo, y miro en derredor, pero no hay nadie, lo he soñado; o quizá no era a mí, sino a cualquier otro que andaba por la misma calle.
3 comentarios:
sí, era a tí, escucha mejor que me dejaste con tu nombre en la boca :P
Lo que pasa es que Gabriel es un nombre muy común.
Puede, pero no me llamarían así en la calle.
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