«La vida es bella, ya verás», decía José Agustín Goytisolo en aquel poema que escribió para su hija:
Palabras para Julia. Uno se pregunta si ese poema quedó revocado aquella mañana de marzo, cuando Goytisolo se arrojó al vacío desde la ventana de su casa. Quizá no. Quizá quería decir: «la vida es bella, hija, pero no para todos. Para ti, sí; para mí, no». La familia, claro, dijo que no fue un suicidio, sino un accidente. Poco importa. Todo suicidio es, en realidad, un accidente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario