—Buenas tardes. Quería comprar unas moscas musicales.
—¿De qué tipo?
—Me gustaría que tocaran alguna sinfonía con su revoloteo.
—Lo siento, no me quedan. Pero tengo unas que rapean.
—No es lo mismo.
—También tengo unas que imitan el zumbido de un frigorífico estropeado.
—Moscas comunes. Ya tengo en casa.
—Entiendo. También tengo cucarachas submarinas, si le interesan.
—¿Y qué hacen?
—Bucean. Es un espectáculo digno de verse.
—Creo que las cucarachas me disgustan incluso bajo agua.
—¿Y unas luciérnagas aromáticas? Brillan en la oscuridad y huelen a vainilla.
—¡Oh, qué práctico! Me llevaré media docena, por favor.
—¿Se las envuelvo para regalo?
—No, gracias, me las llevaré puestas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario