Va Caperucita Roja por el bosque con la sana intención de llevar a su abuela diversas viandas y medicamentos, cuando se encuentra con el Lobo.
—Caperucita, ¿dónde vas? —pregunta éste.
—Pues le llevo comida a mi abuela, que está impedida.
—¿Y a pesar de eso vive en medio del bosque?
—Es que tiene una cabaña de renta antigua.
—Entiendo. Oye, tira por este otro camino, que es más seguro y además ahorrarás tiempo.
—No sé si fiarme de un lobo.
—Piensa que estoy emparentado con el perro, el mejor amigo del hombre.
—Es verdad, tienes razón —responde la pizpireta Caperucita antes de desaparecer por el camino que lleva fuera del cuento.
El Lobo corre por el otro camino y llega a la cabaña en un periquete. Llama a la puerta y al momento se escucha la voz de una anciana diciendo: «adelante». El Lobo entra y descubre a la abuela cocinando a Hansel y Gretel. Perdone, creo que me he equivocado de cuento, balbucea el Lobo. Pero ya es tarde, la bruja no tiene intención de dejarle escapar y con un hábil sortilegio lo desuella. Ya era hora de tener una nueva alfombra, dice.
No hay comentarios:
Publicar un comentario