domingo, 20 de septiembre de 2009

Un pequeño vals

Estoy en un bar y me parece que llevan toda la noche poniéndome cervezas en la mano. Yo no hago preguntas, sólo bebo. Vuelve Susana, que se estaba enrollando con un amigo mío. Yo estoy borracho, pero ella lo está mucho más. Quizá por eso no dudo cuando me dice: «escribes tan bien; yo pensaba que serías muy inaccesible». Para demostrarle que soy alguien cercano, le meto la lengua en la boca. No creo que mi amigo piense que le he levantado a la chica, que renunció a las demás mujeres al casarse y yo sigo soltero.
Susana y yo acabamos metiéndonos mano en un portal. Eres tan bonita. ¿No te gustaría ser musa a tiempo completo? He querido acostarme contigo desde el momento en que nos han presentado, pero esto es algo más que sexo. Podría ser amor, podría ser una vida de escribirte. Aunque todo esto lo pienso mientras le meto una mano por debajo de la falda, lo que disminuye la credibilidad de uno. Se dicen tantas cosas cuando le manoseas el culo a una chica guapa. Se está dispuesto a amar hasta el paroxismo cuando aprietas su cuerpo contra el tuyo. Y hay tantos amores que desaparecen en un orgasmo.

No hay comentarios: