—He empezado mi segundo plan quinquenal de literatura.
—No es que el primero te haya ido muy bien.
—Ya, pero el nuevo es mucho más ambicioso. Tengo unos objetivos marcados y horarios de oficinista para alcanzarlos; como Nick Cave, que ahora tiene un despacho para escribir canciones.
—Igual por eso sus mejores discos son los primeros.
—No seas aguafiestas. Que la inspiración te pille trabajando, decía Picasso. Y creo que era Flaubert quien decía que la inspiración es sentarse todos los días frente al escritorio a la misma hora.
—Ya empezamos con las citas.
—«Vivir como un burgués y escribir como un loco», que también lo decía Flaubert.
—A ver si estás haciendo lo contrario: vivir como un loco y escribir como un burgués.
—Pero la locura es impuesta, como esta existencia que pretende acabar con el deseo de vivir. Yo me niego a aceptar este orden de las cosas. Yo necesito una secretaria que ordene mis asuntos, como Dostoievski. Pero más guapa que la suya.
—Por supuesto.
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