Yo quería ser el último de los soldados en rendirse. Quería ser el primero que lo traicionara todo por ti. Quería escribir las nuevas leyes del mundo. Pero ya no soy capaz de recordar tu cuerpo. El tamaño de tus pezones. La forma de tus tetas. El contorno de tus caderas. El dibujo de tus nalgas.
Arrojo las armas lejos y me entrego a la innoble tarea de olvidarte.
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