El amor nace de la admiración, me dijo un amigo. A mí me han admirado unas cuantas, pero no me ha amado ninguna. Amores abortados que conservo en botes de formol. Pequeño museo de los horrores. Pequeño museo de los errores. A esta de aquí la conocí en una estación de autobuses y en realidad estaba enamorada de su primo. La de la estantería de arriba estaba enamorada de su padre, lo que es bastante común. Pequeño museo de los clichés. La otra no podía querer a nadie, que era una sociópata. Pequeño museo de los trastornos mentales. Esa otra no sé quién era, pero seguro que está ahí por una buena razón.
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