Estoy en una habitación que tiene como único mobiliario una mesa y cuatro sillas, todo de madera. En la mesa hay cuatro platos y una olla. Destapo la olla para servirme, pero no contiene más que arena. Miro a mi alrededor y descubro pequeños montones de arena en las esquinas de la habitación. Cada vez hay más y pronto me llega a las rodillas. Por una puerta que no había visto antes entra una mujer morena vestida de negro. Se queda de pie junto a la mesa y me mira. Le pregunto qué está pasando. Creo que intenta contestarme, pero de su boca no sale ningún sonido, sólo arena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario