sábado, 19 de enero de 2008

Comedia

No se me da nada bien hablar con las chicas. Por las noches escribo un guión con todo lo que voy a decir y lo ensayo frente al espejo (si tengo la suerte de poseer una foto de la chica en cuestión, ensayo frente a su imagen). Al día siguiente, cuando hablo con ellas, interpreto el papel que tan bien he preparado. Pero mi interpretación es siempre horrorosa, absolutamente robótica. Tengo un gran libreto, pero el actor principal hunde la obra. Y encima las actrices se empeñan en improvisar.

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