Sí, querida, tú serás feliz con tu millonario, yo me jugaré la vida en la ruleta todas las noches. Con ojos vidriosos, depositaré toda mi esperanza en un número, en un color, y mientras la bola ruede pensaré que el tiempo se ha detenido. Y diré a las chicas, en un intento baldío de llevármelas a la cama: "yo soy ludópata para parecerme a Dostoievski". Ellas sonreirán tímidamente y se apartarán de mí, dejándome a solas con mi maldición.
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