sábado, 8 de diciembre de 2007

De nuestro gobierno en el exilio

En la primera década del siglo XXI, se reunió en Málaga un grupo variopinto de personas que, por una cuestión de ego, no aceptaban el orden impuesto. El lugar de reunión era el piso de un miembro del grupo y tenían como excusa un almuerzo entre amigos que se aproximaban peligrosamente a la treintena, pero el verdadero motivo se acercaba más a la conspiración y a la necesidad de formar un gobierno de España en el exilio interior de todos ellos. Míchel Noguera, que se llamaba a sí mismo poeta básicamente por aburrimiento, fue nombrado ministro de Exteriores, pues soñaba con establecer relaciones al más alto nivel con mujeres de toda condición (se revelaría altamente ineficaz como diplomático). Ésta es la breve crónica de un encuentro que no se produjo salvo en mi imaginación, pues, como he dicho, y eso sí es verdad, tiendo al aburrimiento, lo que hace que me invente una realidad alternativa a la que sucede ante mis ojos. Pero sólo por los aperitivos imaginarios ya valía la pena.

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