-Anoche soñé que te escribía una larga carta en la que te relataba mi vida. Pero hoy estaba agotado por el esfuerzo onírico y al final no te he mandado nada.
-Bueno, con el sueño ya me quedo medio satisfecha.
-Claro, ahora tú sólo tienes que soñar que recibes mi carta.
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