sábado, 13 de octubre de 2007

Errores

Estaba acostado en el suelo pensando en dormir y despertar en otra vida, en otro lugar. Entonces sonó el teléfono. Será el Destino, pensé, que siempre llama por la tarde. "Éramos tan divertidos", dijo por el auricular una voz femenina, quizás al otro lado del mundo. Se había equivocado de número, estaba claro, pero no le dije nada. Dejé que hablara durante una hora, en la que recordó todos los buenos momentos que creía haber vivido conmigo. Yo acabé creyéndolo también.

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