Ando a veces borracho de dolor y tristeza, con esa sensación de invulnerabilidad que confiere la embriaguez, como si nada pudiera afectarme, como si nada fuera conmigo. Y me río de todo y pienso que soy capaz de hacer cualquier cosa que me proponga, que el mundo entero es mío. Y la noche pasa pronto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario