viernes, 25 de mayo de 2007

Fracasos tempranos (3)

Nunca me quiso, pero era bonito creer que sí. Me gustaba pensar que su locura era locura por mí. Decidí que cuando me atacaba era porque tenía miedo a perderme y ese miedo la empujaba a hacerme daño. En el fondo sabía que eso no tenía sentido, pero me convenía creer que sí. La realidad era para los que no podían perder nada; yo tenía que crearme una fantasía en la que era posible que pudiera vivir el gran amor. Mi maltrecho ego necesitaba esos raros momentos de engaño para sobrellevar todos los demás fracasos.

No hay comentarios: