miércoles, 9 de mayo de 2007

Foxtrots

A causa de su espectacular belleza y candor, todo nuestro grupillo de artistas fariseos se la quería follar. Merodeaban en torno a ella, como vampiros en la noche, dispuestos a usarla como un simple receptáculo de sus fluidos. Yo no era mejor que ellos, puesto que también habría estado encantado de follármela sin contemplaciones, pero me daba pereza meterme en una competición que no podía ganar. Me las daba de gran poeta, pero ya me había acostumbrado a escribir del anhelo y no del deseo satisfecho.

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