Terminé las prácticas en el instituto a lo grande, diciendo a los alumnos que la inexistencia está más cerca de la perfección que la existencia, para estupefacción del profesor. Pero es que la vida es aburrida y yo intento hacerla divertida, aunque siempre vaya contra mis propios intereses. Qué se le va a hacer, hay que suicidarse con estilo y una sonrisa en los labios. Además, ¿dónde está la perfección en existir?
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