A la tele le ha dado ahora por hablar de la violencia infantil, cuando ha existido siempre. No es que los niños de ahora sean más psicópatas que los de antes, aunque antes no disponían de tecnología para inmortalizar sus fechorías. Es la única diferencia. A mí también me ataron una vez a una farola, como le hicieron a esa chica en Valencia, aunque sin rociarme con gasolina (éramos más pequeños, no teníamos motos). Me pusieron también una cuerda alrededor del cuello y sólo me la quitaron cuando uno de los mamporreros del cabecilla dijo que se me estaba poniendo la cara verde. Finalmente apareció por ahí mi madre, hecha una furia, que la emprendió a escobazos con los delincuentes juveniles (había sido alertada por mi hermano, que vio desde lejos cómo intentaban ejecutarme).
Ahora son las mujeres quienes me atan a las farolas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario