martes, 2 de agosto de 2005

Y la ciudad amaneció llena de poemas

- Se me acaba de ocurrir una cosa: cojamos estos poemas y tirémoslos por las calles.
- Es demasiado pronto, eso es algo que ha de hacerse a las cuatro o las cinco de la madrugada, no a las dos.
- Tienes razón.

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