Finalmente fui con Alba a la presentación del libro de los ganadores de Málagacrea y confirmé todas mis sospechas: los ganadores eran malos de cojones. De hecho, quienes presentaban el premio hablaron más de las bondades de la edición que de los premiados en sí. Luego los ganadores hablaron un poco de su obra y leyeron parte de ella. El ganador del certamen de poesía declaró que se inspiró en la ola de frío... Otro leyó un poema sobre su perro, que se enroscaba en sus piernas, le mordisqueaba los tobillos... Pensándolo bien, me parece que era el mismo de antes. Curiosamente el segundo premio de poesía y el primer premio de narrativa eran muy amigos... En fin, al menos todo aquello resultó reconfortante.
Luego Alba y yo paseamos, comimos juntos, y acabamos mirándole las tetas a una camarera en Café Con Libros.
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