Nunca he entendido que el "gallinero" de algunos teatros, como el Cervantes, se llame oficialmente, por alguna extraña ironía, "paraíso". Por suerte, creo que nadie pide nunca una entrada de "paraíso" en la taquilla, sino de "gallinero". Al menos todavía no consiguen colarnos todos los eufemismos.
Es un pequeño acto de resistencia.
P.d: Por la presente declaro oficialmente inaugurado el aniversario de este blog.
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