La princesa, un bellezón de largas pestañas, estaba presa en lo alto de la torre. Un día, unos apuestos jóvenes pasaron por ahí, llamando la atención de la hermosa princesa, que se aburría mortalmente en lo alto de su prisión. Empezó a parpadear coquetamente, pero la altura impedía que los jóvenes pudieran percibirlo, así que la princesa aceleró el parpadeo hasta que finalmente con el aleteo furioso de las pestañas salió volando por la ventana.
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