Revelación 1:
Entro sin camiseta en la cocina a por un té. Mi madre me mira y, alarmada, me señala el pecho y dice "tienes... tienes como un hueso ahí". Yo le contesto: "sí, el esternón".
Mi madre descubre el esternón.
Revelación 2:
Por la noche, me dirijo al cuarto de baño, para mear, y por el camino descubro el pasillo inundado por una extraña luz azul. Creyendo estar ante una manifestación divina, me arrodillo y pido perdón por mis pecados pasados (de los futuros no). Avergonzado, compruebo que la luz proviene de una de esas lámparas que atraen a los mosquitos y los electrocutan.
La vida es bastante normal.
Revelación 3:
Lara tarda sólo unos días en encontrar "El juego favorito", de Leonard Cohen, libro que yo llevaba buscando mil años. Sorprendentemente me llega por correo sin problema alguno.
Los milagros existen.
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