Era de noche. Julio. Casa de la aldea de Lara. Sus padres habían llegado y la obligaban a dormir en otro cuarto. Ella me dijo "no cierres la puerta, que igual voy a hacerte una visita". Y ahí estaba nuestro héroe, a las cinco de la mañana, despierto en su saco de dormir y con una erección de campeonato.
Y ahí se quedó, ya que la muy cabrona se durmió.
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