Cierta vez, hace tiempo, me encontré en la calle a un amigo del colegio al que no veía desde que terminamos el ídem. Estuvimos hablando un rato, contándonos nuestras respectivas vidas. En un momento dado, me miró y con una sonrisa dijo "no has cambiado nada, sigues siendo el mismo K de siempre".
Me sentí un poco farsante.
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