Querida Molly
Querida Molly:
Los días son largos sin ti. Ayer estuve paseando por la playa y, bueno, me atacó una gaviota, lo cual me recordó mucho tu sonrisa. Luego estuve haciendo un castillo de arena, pero no pude terminarlo porque un niño me robó la pala. Hay que decir en su defensa que previamente se la había robado yo a él. Más tarde, como me aburría, me metí en el agua y empecé a nadar. El olor del mar me traía gratos recuerdos. Después volví a casa en completo silencio.
Esta mañana he estado en casa de Bernard. Me estuvo explicando que el asesinato de Kennedy fue en realidad un suicidio. Me aportó pruebas y pruebas, así que no discutí con él (puedes estar orgullosa de mí, recuerdo muy bien lo que me decías: “eres un gran pedazo de mierda sin cerebro”). Luego escuchamos a Mozart por espacio de 6 horas. Ya era de noche cuando salí a la dura y fría Realidad. Anduve por los sitios en donde nos conocimos. ¿Recuerdas el lugar donde te dije que te amaba? Aún sigue tan hermoso como aquel día. Estuve allí y pedí una hamburguesa y una Coca Cola.
¿Cómo está tu madre? Espero que ya haya muerto esa vieja bruja. Me alegré mucho cuando su coche empezó a arder con ella dentro. Ya sé que secretamente me culpas de aquello, pero recuerda que el juez me declaró inocente por falta de pruebas. Bueno, espero que no me guardes rencor.
Anoche soñé que me enrollaba con un helado de fresa. Cuando estábamos en lo mejor entraba el marido, un chicle de menta, y empezaba a insultarme. Yo le dije que ningún chicle me chillaba y vivía para contarlo. Se hizo el silencio más absoluto. Luego el helado y yo proseguimos follando mientras el chicle lloraba desconsoladamente. Más tarde entró por la chimenea un policía (aunque iba vestido de animadora) que acusó a mi corte de pelo de perjurio. Al momento hizo su aparición el abogado de mi corte de pelo, que resultó ser un típico kilt escocés. El kilt enumeró una lista interminable de razones que demostraban que mi corte de pelo tenía inmunidad diplomática. Entonces el policía y el kilt iniciaron una discusión acerca del tamaño de las tetas de la vecina de Bob (al cual no tengo el gusto de conocer). Me desperté poco después de que todos los allí presentes empezaran lo que parecía un baile típico de Birmania.
No sé cómo decirte que te echo terriblemente de menos. Mis días son tristes y oscuros (debido, en parte, a que me han cortado la luz). Escribo a la luz de la luna. O moon, my pin-up, como decía Ezra Pound. ¿Por qué no me das otra oportunidad? Divórciate de ese magnate del petróleo y vuelve conmigo. ¿Qué te ata a él? Sólo 10 años de feliz matrimonio. Nosotros, en cambio, gozamos de las 3 horas más placenteras de mi vida. No es justo que lo nuestro acabe de esta forma.
Te sorprenderá saber que he dejado el trabajo. Sí, fue una decisión difícil, pero creo que es lo mejor. Creo que merezco un futuro más prometedor que el que me puede proporcionar una gasolinera. El incendio me recordó cómo éramos nosotros en la cama. Me puse muy cachondo con el espectáculo de las llamas, así que fui a un puticlub. Allí me abracé a las tetas de una puta y no las solté durante 2 horas. Al salir me dijeron que no volviera nunca más, que no querían putos majaras en su local. Parece que mi dinero no es tan bueno como el de cualquier otro.
Molly, no entiendo cómo hemos podido distanciarnos tanto. Por favor, escríbeme, temo morir sin verte, olerte, besarte, abrazarte, follarte, correrme, etc. Sabes que te quiero.
Jerry
No hay comentarios:
Publicar un comentario