En cierta ocasión vi a al escritor Antonio Orejudo saliendo del mercado de Atarazanas con una bolsa en la mano. Si esto fuera una obra de autoficción, pensé, aquí empezaría una novela. Sin embargo, desapareció entre la multitud y no sucedió nada más digno de contarse. Porque la realidad casi siempre es así de decepcionante.
1 comentario:
O no xD
Publicar un comentario