jueves, 27 de septiembre de 2018

Del progreso aplicado a la temperatura corporal

Cogemos un avión en Praga y recorremos dos mil kilómetros en tres horas. Ya no pasamos frío, sino calor. ¿Será esto sano? Quizá la naturaleza nos preparó para el nomadismo, pero no para un tipo tan extremo y, sobre todo, rápido.

1 comentario:

Microalgo dijo...

¿No decía Cortazar que el avión era el antiviaje? Desapareces de allí y apareces acá...