sábado, 28 de octubre de 2017

La fibra

Me para un tipo para preguntarme si tengo fibra óptica en casa. Le digo que no e intento seguir mi camino, pero me detiene. Puedo tenerla por treinta euros, asegura. No podría pagarla aunque fuera sólo treinta euros al año, le respondo yo. Treinta eurillos al mes no es nada, contesta él con un hilo de voz. Treinta euros al mes son un señor dinero para mí, pero ¿cómo hacer que lo entienda? Si no tengo fibra es porque no puedo permitírmela, pero él parece creer que es porque nunca me ha parado nadie en la calle para ofrecérmela. Si esto fuera una historia ejemplar, ahora diría que apareció un señor de aspecto adinerado que se ofreció a contratarla por mí. «Ningún español sin fibra óptica, sobre todo si tiene cara de muerto de hambre como este de aquí». Pero no ocurre nada parecido. Simplemente le digo al tipo que no puede ser, que quizá en el futuro si me toca la lotería, y le dejo allí con su fibra óptica accesible para casi todos.

1 comentario:

Microalgo dijo...

Haberle preguntado si era con IVA o sin IVA.