domingo, 25 de junio de 2017

A la atención de los señores editores

A la atención de los señores editores:

Buenas tardes (aunque puede que lean esto por la mañana y empecemos con un anacronismo). Les envío un libro de relatos con la sana intención de ser editado por ustedes y de esa manera marchemos francamente, y yo el primero, por la senda constitucional. Piden ustedes en su web que se adjunte también un resumen de la obra. Me parece correcto, pero supongo que esperan algo más que un simple: son relatos. Pero relatos son. Me gustaría decirles que es una obra inclasificable y que los mejores taxonomistas literarios tendrían que dedicar toda su vida a estudiarla, pero me verían las costuras y me llamarían cuentista de manera peyorativa.

En cuanto a mi biografía, mis padres aseguran que nací hace muchos años, pero no tengo ningún recuerdo de ello, así que tendremos que conformarnos con su testimonio. Crecí como crecen los niños, un poco cada año, hasta que entré en la edad adulta y me enfrenté a la vida real como el que no tiene ni idea de nada. En algún momento del camino decidí que lo de ser escritor era bonito, aunque era en la música donde estaban las groupies, y me he dedicado durante años a emborronar páginas digitales con tinta también digital, para mayor beneficio de los bosques del planeta.

De mi currículum literario podría decirles muchas cosas, pero estaría feo que iniciara mi relación con ustedes mintiéndoles, así que dejémoslo en datos vagos: he publicado algunos libros y ganado algunos premios (que bien podrían ser importantes o de alguna mercería).

Sin otro particular, les saluda atentamente
Gabriel Noguera.

1 comentario:

Microalgo dijo...

Creo que es un enfoque un tanto erróneo...

Un amigo de un amigo (es decir, no lo conozco más que de oídas) se presentó a una entrevista de trabajo y la entrevistadora le hizo notar que entre 1995 y 1996 no había nada en su vida laboral, y le preguntó que a qué se debía. En lugar de decirle la verdad (que estuvo miserablemente parado), el individuo declaró con toda la seriedad del mundo que había sido abducido por una nave alienígena y que había pasado un año en otro planeta.

Luego se sorprendía de que no le hubieran dado el trabajo, claro.

El contexto tiene su importancia. Créame.