El error de Kafka era enfrentarse a la novela con impaciencia. Él hubiera querido escribirla en una noche de inspiración, de una tacada, como si de un relato corto se tratara. A quién no le gustaría eso, Franz, pero una novela es una prueba de resistencia. Piensa que las pirámides no se levantaron en un día, sino que fue una ardua labor de años con muertos y demás. Una novela se parece mucho a una pirámide, sobre todo por aquello de que puede ser tu tumba.
1 comentario:
Excepto para Asimov, para Graham Greene y para Poe (si estaba muy cocido de copas).
Publicar un comentario