martes, 18 de abril de 2017

Aventuras oníricas

Soñé que era parlamentario de Podemos y caminaba con Errejón por lo que parecía el interior de un aeropuerto, pero que en realidad era el Congreso de los Diputados. Errejón me estaba acompañando a recoger mi mochila, que me la había olvidado en una sala de reuniones. Yo le comentaba que había que darse prisa, pues si llegábamos tarde dirían que los de Podemos somos unos impuntuales que no respetan nada, no como la gente de bien de misa diaria y gomina en el pelo. «De hecho, Íñigo, siempre tomo café en el Congreso con mucho cuidado, no sea que me manche y luego digan que somos unos guarros y blablablá». Errejón sonrió a esto y replicó: «por eso yo gusto a la derecha más que Pablo, porque tengo el pelo corto. Tú en cambio pareces un gitano». Yo no dije nada, por aquello de la unidad. Llegamos a la sala de reuniones, en la que estaban impartiendo una clase magistral o algo por el estilo. Un tipo había abierto mi mochila y conectado unos cables a mi ordenador portátil. Esto me pareció muy mal y así se lo dije, deslizando algún insulto que otro para mayor énfasis. El tipo alegó que la mochila estaba allí sin dueño, como a disposición de los alumnos. Errejón miró su reloj y me dijo: «bueno, yo me marcho antes de que los periodistas empiecen a inventar motivos para mi ausencia». Y entonces me desperté.

1 comentario:

Microalgo dijo...

No le conviene esa vida. Se lo digo yo.

(Estas últimas frases enfáticas siempre me han gustado, aunque no signifiquen una mierda).