Voy por la calle pensando en mis cosas, seguramente con cara de loco, y me llaman de pronto de un coche. Son David Leo, que ahora es millonario, y Laura Rosal, con los padres de él en los asientos delanteros. Hablamos brevemente. ¿Qué haría una persona normal en mi lugar? Buena pregunta, porque me muestro como el casi autista que soy y me despido diciendo: «Pues yo voy a comprar cuscús». Y huyo avergonzado de ser yo, un ser humano lamentable que no tendría que salir a la calle.
1 comentario:
Eso, hasta que escriba Usted una novela en la que el protagonista sale a comprar cuscús y se ve envuelto en mil peripecias de tales calibres que acaba siendo un héroe. Y se liga a la chica. O algo.
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