Pasar dos semanas en lo alto de la montaña, alejado del mundo, sin internet. A lo mejor recibo declaraciones de amor y no lo sabré. Quizá gane premios y no me entere (¿tendrá cobertura el móvil allí?), aunque esto parece menos probable que lo otro. Lo bueno de aislarse es que todo es posible, incluso que te estés perdiendo muchas cosas interesantes.
1 comentario:
Eso tiene que ir a que se lo miren. Todo, digo.
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