—¿Le gustaría a usted viajar al pasado?
—Sería bonito, sí.
—¿Qué cambiaría?
—Oh, no, nada, me daría apuro. ¿Quién soy yo para decirle al azar cómo ha de hacer las cosas? Creo que me limitaría a sentarme en un rincón a contemplarlo todo de nuevo. Para refrescar la memoria, ¿sabe? Como el que vuelve a ver una película o serie de televisión de la que disfrutaba en su infancia. Aunque es posible que me llevase una decepción muy grande, claro, tiende la memoria a dulcificar y embellecer el pasado. La memoria o el olvido, usted ya me entiende.
1 comentario:
Verse a uno mismo en el pasado sería más ridículo que verse en un espejo, que ya tiene su trabajo. Nain, nain, yo prefiero que no.
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