Recuerdo que le dije: sólo te pido una cosa, que no tenga que esperar otra vez un año para volver a estar contigo. Ella me contestó: es verdad, lo siento, no pasará de nuevo. Y lo cumplió. Nunca más me acosté con ella. Quizá no elegí bien las palabras.
1 comentario:
Hay que aprender del diablo, que tiene mucha mano para tergiversar contratos.
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