—¿Alguna vez te han sido infiel? —le preguntó él.
—Que yo sepa, no —dijo ella.
—Y tampoco te han dejado nunca, ¿no?
—No, siempre he sido yo la que ha cortado la relación. ¿Por qué?
—Por nada, curiosidad.
Pero pensó: «lo primero ya te lo he hecho y lo segundo lo haré pronto». Fue su momento de mayor felicidad con ella.
1 comentario:
Hágaselo ver, ¡malvado!
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