HAMLET: O yo me engaño, amigo Horacio, o ésta ha de ser la más famosa aventura que se haya visto y mal obraríamos si la rehuyéramos por una cena. ¿Qué diría mi dama, la sin par Ofelia del Tøboso?
HORACIO: ¿Qué diría? Pues que bueno es guarecerse cuando llueve, sobre todo cuando se trata de piedras y palos como los que nos han caído encima.
HAMLET: No desesperes, Horacio, que conozco la receta del maravilloso bálsamo de Fortimbrás y una sola gota de él bastará para curarte cualquier herida y dolor.
HORACIO: Una redoma entera me tomaría yo entonces de ese salutífero brebaje, pues buena merced me haría. ¿No podríamos hacer un alto aquí, junto al río?
HAMLET: Camino que hagamos ahora será camino que no tendremos que hacer después, Horacio.
HORACIO: Creo yo que esa ínsula que me prometió vuestra merced va a tener que ser del tamaño de Islandia.
Publicado en el número 37 de Obituario.
1 comentario:
Metaliteraleches.
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