Lo primero que les dije a mis alumnos del taller literario fue: yo no creo en los talleres literarios, pero como me pagan...
5 comentarios:
Anónimo
dijo...
Le aplaudiría si lo hubiera dicho de veras, por su sinceridad. Como sospecho que bien pudiera ser una "boutade blogueril", la cuestión es: ¿no podría hacerse el mismo razonamiento en conjunto: "no creo en la literatura, a menos que me paguen bien"? Yo tampoco creo en talleres literarios, pero entonces, ¿por qué darlos? También pagan por otras cosas...
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Le aplaudiría si lo hubiera dicho de veras, por su sinceridad. Como sospecho que bien pudiera ser una "boutade blogueril", la cuestión es: ¿no podría hacerse el mismo razonamiento en conjunto: "no creo en la literatura, a menos que me paguen bien"? Yo tampoco creo en talleres literarios, pero entonces, ¿por qué darlos? También pagan por otras cosas...
¿Literatura=prostitución? Y si no, ¿qué papel juega el (potencial) dinero en la ecuación? ¿No es acaso el escritor la más grande puta?
¿Por qué darlos? Pues porque me ofrecieron dinero por uno. También pagan por otras cosas, sí, pero no me las ofrecen.
Esa sinceridad suya un día le va a costar cara...
Anyway, ojalá pudiera yo asistir a un taller de literatura impartido por Usted. Se tiene que aprender tela.
Un taller de literatura es sinónimo de reunirse para aprender los unos de los otros, ¿no? ¡Qué placer que te paguen por aprender! Humilde opinión...
Sea como fuere: Noguera como mejor fuente de aprendizaje.
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