Nadie sabe qué hizo Mary Austin con las cenizas de Freddie Mercury, si sigue teniéndolas después de todos estos años a buen recaudo en la mansión que heredó del cantante o si las esparció en algún lugar significativo. Mercury siempre dijo que él en realidad era un hombre muy tímido que se transformaba en otro en el escenario. No es extraño, por tanto, que para su despedida eligiera la discreción. Aunque tampoco habría sido un mal adiós si, en el concierto de homenaje celebrado en Wembley meses después de su muerte, las cenizas del genial cantante hubieran sido arrojadas a los rostros del expectante público.
2 comentarios:
¿Tímido?. Nunca lo habría sospechado....
Con un ventilador a toda mecha, mezcladas con purpurina.
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