Me para el guardia de seguridad cuando intento entrar en el Carrefour con unos libros de la biblioteca en la mano. Quizá le parece un acto subversivo: los clientes pueden descubrir que existen otros libros y que además es posible leerlos sin pagar por ellos.
1 comentario:
¿La biblioteca? ¡Rojazo!
(Mi hija, de cuatro meses, ya tiene hecho su carnet de la biblioteca municipal)(No hacemos más que llevarla por el mal camino).
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