Los cajeros de los supermercados son los custodios del mundo. Conocen nuestros hábitos por nuestras compras. Son como una sociedad secreta de detectives, podrían hacer mucho daño a través del chantaje, pero nos dejan ir sin más. A pesar de que cobran poco, no se lanzan por el camino del mal. Son las últimas personas justas, garantes de la estabilidad social.
2 comentarios:
Pero (ay), ya le están metiendo mano a tan sacra profesión, a base de puentearlos. El otro día me bajé una aplicación del teléfono para gestionar mis puntos del Carrefour (me dan puntitos que se convierten en pasta cada vez que echo gasolina, es otra de esas cosas inconexas que nunca llegaré a entender, como el porqué de que una televisión se vea, por ejemplo). Pues bien, la aplicación me advertíade que, al instalarla, Carrefour tendría acceso a todos los archivos de mi móvil, incluidos vídeos a imágenes.
Al carajo, la aplicación.
Orwell, Orwell, ven en nuestra ayuda.
Que si hay mucho paro y tal y cual, pero suspiro por un lector láser que escanee el carrito entero y lo cargue en cuenta automáticamente....
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