En Madrid me encontré mi novela en varias librerías importantes y no pude evitar sentirme un intruso, pero el hecho de que mi libro no ocupara un lugar destacado hacía que el asunto tuviera cierto aire de normalidad. Estar, sí, pero pasar desapercibido. Un guiño a la ficción, que ya le hacía otro a la realidad. En fin, cambiemos de tema.
2 comentarios:
Hey, hey, hey. Nunca está contento con nada. Seguro que ya NI PUEDE llevar la cuenta de las librerías que tienen su libro... Ahora se tiene que buscar Usted otro motivo de angustia. Tch, tch. Eta gente de la tecla y la farándula...
¿Eta? Esta. Por favor.
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