miércoles, 30 de abril de 2014

Recapitulando

A mí, más que la egolatría, me empujó siempre el deseo de ser otro. Pero mi talento para el disfraz nunca pasó de limitado e invariablemente descubrieron mi verdadera identidad.

1 comentario:

Microalgo dijo...

Pero hombre de Dios, no trate de ser los otros. ¿Es que no sabe que son el infierno?