Mis padres pertenecían a una secta cristiana muy estricta que creía que la risa era pecado. A causa de esto, mis hermanos y yo tuvimos una infancia muy seria, vacía de juegos. A veces oíamos reír a los vecinos, preguntábamos a mi padre qué era eso y nos contestaba: «son los demonios de Babilonia, conspirando». Durante años, me han dado pánico los espectáculos cómicos.
3 comentarios:
Acabo de pecar.
Gracias. :)
A mí me dan miedo los payayos. Parecen demonios. Y la única forma que encuentro para luchar contra ellos es pecar. Ya ves tú.
Demasiado bien que ha salido, Usted.
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