El 16 de agosto, el diario El Mundo publicó un «artículo» calificando Órbita 76 de «cómic que se mofa de los funcionarios». Yo, la verdad, me reí mucho ante algo tan delirante. Luego comprobé que mucha gente se hacía eco de la «noticia» y montaba en cólera; algunas personas tienen la extraña necesidad de ofenderse sin motivo. Porque no han leído el cómic y dan por buena una información que viene a decir que la Junta de Andalucía ha publicado un cómic expresamente para insultar a los funcionarios. Esto no resiste el menor análisis serio. Para empezar, el protagonista, el héroe de la historia (con el permiso del abuelo, claro) es un funcionario. En seis viñetas de un cómic de cuarenta y ocho páginas sale el padre del protagonista: su papel es el de padre castrador, padre que nunca valora los éxitos del hijo y está todo el rato buscándole las cosquillas. Me inspiré para esto en unos cuantos padres: el de Kafka, el de algún amigo, el mío... Bien. La misión de tal personaje en el cómic es la de servir de contraste al abuelo del protagonista, que le ofrece luego una aventura, soñar, etc. Así entendemos que el protagonista está encorsetado en un mundo adulto en el que no importa lo que haga, pues nunca le será reconocido su esfuerzo, mientras que su abuelo, esté loco o no, confía en él y blablablá. Cualquier persona que lea el cómic entenderá que el personaje del padre es un energúmeno, un gilipollas integral. Está hecho para caer mal. Entender, por lo tanto, que sus palabras tienen algún valor es no entender nada. Imaginemos por ejemplo que el cómic hubiera tratado sobre un chaval judío durante el nazismo. Imaginemos que fue adoptado, pero su padre adoptivo no sabe nada de su judaísmo (la madre sí). Imaginemos que el padre es partidario de Hitler y durante la cena vierte comentarios injuriosos contra los judíos. Imaginemos que el chaval defiende a los judíos y la madre se pone también de su parte. A mí lo que me costaría imaginar de todo esto es que alguien dijera algo como «la Junta edita un cómic que se mofa de los judíos».
Lo más curioso del tema es que ya han publicado dos artículos que faltan a la verdad y nadie se ha puesto en contacto conmigo, que para algo he escrito la historia. ¿Dónde ha quedado la ética periodística? ¿Se la han dejado en el otro pantalón? Está claro que no interesa la verdad, sino manipular a la opinión pública ensuciando de paso el trabajo y el honor de dos creadores que tuvieron la suerte de que su esfuerzo fuera premiado en un certamen de cómic.
6 comentarios:
Y es que aunque el padre fuera el protagonista, seguiría dando igual. Es como cuando Migoya publicó un libro de relatos llamado "Todas putas", y uno de los cuentos estaba protagonizado por un violador. Se lo querían cargar, claro. ¿Acaso el violador era él? ¿No era un personaje inventado que sólo existe en un libro?
Si yo escribo un libro protagonizado por un leñador gilipollas, nadie debería entender que estoy llamando gilipollas a todos los leñadores. Mi personaje es leñador y a la vez gilipollas, y nada más.
De todas formas, supongo que esto tiene muchos más matices. Si la Junta no tuviera el Gobierno que tiene, seguramente no habrían dicho nada.
Saludos.
Aunque hay que decir en defensa de la opinión pública que Hernán Migoya es bastante gilipollas y lo que hace es muy poco interesante, por otra parte. No me compare usted a Noguera con Migoya porque me chirrían los ojos.
a) Para los que leemos este blog, la explicación sobraba, por supuesto.
b) Los periodistas, sobre todo los que están en papel, tienen un problema: los jefes los presionas para que VENDAN, porque los diarios impresos se están viniendo abajo. Como nadie contrasta las noticias, poco les habría importado escribir "LA JUNTA PREMIA UN CÓMIC QUE SE MOFA DE LOS FUNCIONARIOS, Y EL GUIONISTA DECLARA QUE QUIERE ASESINAR A UNOS CUANTOS", si con ello supieran que venden más ejemplares. Y se ahorran regalar pashminas y gafas de sol, que es lo que los mantiene a flote.
c) Dama Blanco... ¿La foto de su perfil es suya? Por que si sí, permítame decirle que es Usted un montonazo de guapa.
Ay. "Porque" en lugar de "Por que".
Ai heit maiself.
"Aunque hay que decir en defensa de la opinión pública..." en defensa de la censura, vamos.
Es decir, que si un autor cae mal, ya es legítimo censurarle. A lo mejor a los de El Mundo les cae mal Noguera.
Leer una defensa de la censura, sea a quien sea, con eso sí que me chirrían los ojos.
Animo Michel
Publicar un comentario