lunes, 10 de junio de 2013

La playa

Los barcos del horizonte y nosotros tendidos en las rocas. Unos primates al sol. Fuera del alcance de las medusas. Lejos de los quebraderos de cabeza. Descansando de todo lo que vendrá después. De esa vida a la que nos aferramos por costumbre.

2 comentarios:

Microalgo dijo...

Tendidos en las rocas. Qué cómodo.

No le cambio las playas por las de Cádiz, caballero.

Aunque decía mi abuelo que "mejón dormí en pedregá que en arená", por otra parte.

Anónimo dijo...

Es posible que luego de cierto tiempo solo tenga que acomodar los oyos en su espalda con las piedras. Solo si lo hace con las mismas piedras.